José Mª García-Mina: “La materia orgánica es el corazón del suelo”

El doctor y catedrático de Química del Suelo de la Universidad de Navarra explica por qué la materia orgánica es primordial para garantizar la vida del suelo, una vez transformada en humus de calidad tras aplicar el producto especial más adecuado. Como consecuencia, la planta absorberá mejor los nutrientes y el agua, lo cual se traducirá en un óptimo desarrollo

 

“La materia orgánica es la que soporta la vida del suelo. Sin ella, éste sería un sustrato inerte”. José María García-Mina, doctor y catedrático de Química del Suelo en la Universidad de Navarra y presidente de la Sociedad Internacional de Sustancias Húmicas, explica así la importancia de la materia orgánica en la agricultura actual.

“Tradicionalmente, el diagnóstico del suelo se ha fundamentado únicamente en el contenido de nutrientes, sin tener en cuenta la materia orgánica, fundamental para el desarrollo de la planta”, asegura García-Mina, quien también está al mando de la Cátedra TIMAC AGRO – Universidad de Navarra.

La materia orgánica es ese “conjunto de sustancias” presente en el suelo que procede de cultivos anteriores y de otros materiales; compuesto de fibras, restos de plantas y de animales, de microorganismos y, cómo no, de la parte con más valor agronómico: las sustancias húmicas. “El humus, que procede de la materia orgánica fresca, es lo que denominamos materia orgánica activa. Una sustancia rica en moléculas capaz de mantener la vida del suelo y de movilizar los nutrientes para que la planta los absorba mejor”, explica García-Mina. Dentro de las sustancias húmicas, el carbono es un componente fundamental. “La cantidad y la calidad de sustancias carbonadas funcionales son determinantes a la hora de valorar la calidad de la materia orgánica. De hecho, una materia orgánica pobre en carbono no se considera como tal”, apunta.

 

LA TRANSFORMACIÓN CLAVE DE LAS SUSTANCIAS HÚMICAS

La clave de las sustancias húmicas es que necesitan ser transformadas para actuar y mejorar la absorción de nutrientes. ¿Y cómo las transformamos? Utilizando los bioestimulantes y enmiendas adecuados. “La función principal de estos productos especiales es revitalizar esa materia orgánica que ya está en el suelo, y transformarla en sustancias húmicas”, afirma García-Mina. Todo ello, dentro de un proceso en el que también influyen el clima, la temperatura y los microorganismos, que atacan la materia orgánica y la modifican, consiguiendo con ello “efectos positivos en la planta”.

En realidad, esta transformación que propicia el bioestimulante obedece a una reacción química, por la cual las sustancias húmicas actúan sobre la matriz del suelo, consiguiendo que los nutrientes bloqueados sean solubles al agua y se facilite su absorción.

En definitiva, podemos afirmar que el proceso de transformación de la materia orgánica en humus se produce de forma natural pero, dependiendo del entorno en el que nos encontremos, “puede tardar millones de años”, señala García-Mina. Por eso, insiste, necesitamos recurrir a los bioestimulantes especiales para acelerar el proceso y mejorar la humificación.

Por otro lado, las sustancias húmicas también “mejoran la funcionalidad de las raíces; su absorción del agua… e incluso, favorecen el crecimiento de la propia planta”, indica el experto.

Eso sí, existen muchos tipos de sustancias húmicas, dependiendo de sus propiedades físico-químicas, las cuales les otorgarán unas cualidades u otras. Y ahí es donde TIMAC AGRO desempeña un papel fundamental, “siendo capaz de clasificarlas en función de su potencialidad, desde el punto de vista de la fertilidad del suelo, con el fin de aplicar a la planta la más conveniente en función de sus necesidades específicas”, subraya. Y agrega que resulta clave elegir la materia orgánica adecuada según el papel que queremos que cumpla: estimular el crecimiento de una planta, incentivar la vida microbiana…

Sí es cierto que en España, al igual que en otros países mediterráneos como Grecia e Italia, y también en el norte de África, hay índices bajos de materia orgánica, porque el clima hace que se consuma rápidamente. “Por eso es muy importante cuidarla y potenciarla”, remarca el científico.

También hay que tener en cuenta que el aporte de materia orgánica al suelo debe ser un trabajo continuado. “Todos los años llega una nueva materia orgánica al suelo, fresca, que hay que transformar mediante activadores de la humificación de alta calidad”, incide. Precisamente, ahí está la clave. “La materia orgánica y las sustancias húmicas de calidad las puede adquirir cualquiera. Sin embargo, en TIMAC AGRO contamos con cinco patentes europeas, con procesos que activan la materia orgánica y las propiedades del humus que están certificados y avalados por publicaciones científicas. Esto marca una diferencia con el resto”, concluye.

 

ROTACIÓN DE CULTIVOS

“La rotación de cultivos tiene mucha importancia para la sanidad del suelo”, afirma García- Mina. “A pesar de que un cultivo tenga afinidad con los distintos nutrientes o macronutrientes del terreno, también puede necesitar unos micronutrientes determinados, a los que a veces no prestamos atención, pero que son decisivos para la vida del suelo”. La rotación del cultivo se perfila entonces como la solución, puesto que permite “movilizar el suelo e incorporar esos micronutrientes que faltan como, por ejemplo, las leguminosas, que aportan nitrógeno”, señala.

 

¿CÓMO ACTIVO LA MATERIA ORGÁNICA?

El primer paso para activar la materia orgánica es caracterizarla, tras un análisis de suelo. Después, hay que “actuar de una manera integral; emprender una acción conjunta, lo cual requiere los conocimientos del asesor técnico de campo (ATC), la figura indicada para manejar el cultivo, seleccionar el tipo de fertilizante adecuado, las dosis… sin perder de vista circunstancias como el clima o la temperatura”, indica García-Mina. “No es lo mismo hablar de invernaderos, donde se registran temperaturas elevadas y mucha humedad, y la materia orgánica se agota rápidamente, que hablar de cultivos en pleno campo”, concluye.