Claves de la fertilización localizada en cereal

 

La práctica de la fertilización localizada, cada vez más extendida en nuestro territorio, gira en torno a la idea de depositar el fertilizante lo más próximo a la línea de siembra, junto a las semillas, normalmente coincidiendo con la labor de siembra del cultivo.
Esta técnica busca el aumento de la rentabilidad de la explotación, ya que permite ajustar la dosis de abonado y reducir la competencia con las malas hierbas.

En torno a este tema, existen una serie de indicadores a tener en cuenta para asegurar la eficiencia en la fertilización y por consecuencia el éxito en la cosecha.

Figura 1. localización de gránulos del fertilizante D-CODER TOP junto a la semilla.

 

1. Empleo de maquinaria específica. Para la localización de los fertilizantes granulados en el momento de la siembra se precisa de sembradoras combinadas que dispongan de tolvas independientes para la semilla y el fertilizante. Otra opción que no requiere de compra de nueva maquinaria es la modificación de la sembradora habitual añadiendo una segunda tolva y conductos paralelos que permitan depositar el gránulo cercano la semilla.

 

2. Reducción de malas hierbas. La localización del fertilizante de fondo en la línea de siembra limita la presencia de nutrientes potencialmente aprovechables por las malas hierbas que se pueden desarrollarse en las calles. Además, las técnicas de cero laboreo o laboreo mínimo que suelen acompañar a las aplicaciones localizadas, mejoran la fertilidad y estructura del suelo, reducen el consumo de combustibles fósiles al aminorarse el número de pases y limitan el desarrollo de plantas adventicias.

Figura 2. Sembradora adaptada para realizar aplicación localizada de fertilizantes.

 

3. El momento de aplicación óptimo. La alta concentración de nutrientes disponibles en la rizosfera predispone un mejor arranque del cultivo desde la nascencia, lo que se traduce en un mayor desarrollo radicular y un buen ahijado. El momento de aplicación, es clave.

 

4. Ajuste de la dosificación. Un escenario de mayor disposición de nutrientes permite ajustar la dosis de abonado frente a una aplicación a “todo terreno”. Sin embargo, se debe considerar la fertilidad del suelo y las necesidades del cultivo según rendimiento potencial estimado para conseguir producciones semejantes.

 

5. Sinergias fertilizante, suelo y planta. La presencia de una mayor concentración de fertilizante en el entorno radicular supone una ventaja para el cultivo, sin embargo, no debemos perder de vista que los abonos interactúan con el suelo e influyen en las características físicas, químicas y biológicas de la rizosfera. Desconocer el comportamiento del fertilizante en relación a la velocidad de liberación de los nutrientes y su interacción con el suelo y la planta, puede traducirse en riesgos de pérdida de rendimiento. Una mayor concentración de nutrientes se traduce en un aumento del contenido de sales en la zona radicular. Un fertilizante muy salino puede ocasionar riesgos de pérdida mientras que uno altamente soluble al agua puede sufrir mayores pérdidas por lavado y bloqueo con la consecuente pérdida de eficiencia.

 

6. Elección del fertilizante correcto. A diferencia de los convencionales, los fertilizantes especiales incorporan tecnología en su formulación para lograr una mayor eficacia en la entrega y asimilación de los nutrientes, como es el caso de D-CODER TOP, fertilizante a demanda con más de 10 años de eficacia en campo. La tecnología de D-CODER TOP permite la liberación de nutrientes en función de las necesidades de la planta, disminuyendo pérdidas y aumentando la eficacia de la fertilización. Además, su baja salinidad en comparación con otros abonos del mercado lo convierten como la opción más rentable en las aplicaciones localizadas.

 

Figura 3. Gránulos de D-CODER TOP atravesados por las raíces del cultivo.

 

Durante la campaña 21-22 TIMAC AGRO realizó en Huesca un ensayo de fertilización localizada siguiendo las indicaciones anteriormente descritas, enfrentando un 200 kg/ha de un fertilizante banal 8-16-8 a voleo, con 70 kg/ha de D-CODER TOP 4 (9-12-8) aplicado de forma localizada. Los rendimientos alcanzados en ambas zonas fueron muy similares. Sin embargo, la rentabilidad de la zona localizada supera a la de voleo con fertilización banal, reduciendo los costes en fertilización en más de 30 €/ha.

Todo esto nos permite concluir que la combinación de las herramientas necesarias contribuyen a optimizar las prácticas agrícolas y suponen una mejora clara en la rentabilidad para el agricultor.

 

¿Quieres recibir asesoramiento en fertilización para tu cultivo?
Contáctanos: https://es.timacagro.com/solicitar-asesoramiento/