5 cultivos que cotizan al alza

5 frutales que cotizan al alza

¿Qué tienen en común el kiwi, el aguacate, al almendro, el pistacho y el olivar? Son frutales rentables y con grandes perspectivas de futuro. Bien sea por tratarse de cultivos muy implantados con una demanda estable o por haber sido catalogados como emergentes, lo cierto es que estos 5 frutales cotizan al alza. Esto otorga a España nuevas oportunidades, siendo la principal proveedora de Europa de estos cultivos.

Se abren las puertas a nuevas oportunidades y tendencias para múltiples cultivos, en especial para algunos frutales. Por eso, nos hemos preguntado: ¿Cuáles son los frutales que cotizan al alza? En otras palabras, ¿cuáles suponen más rentabilidad con el menor uso de recursos posible? Nos detendremos en cinco ejemplares de fruto, tanto carnoso como seco, que ofrecen excelentes perspectivas.

Por un lado, el kiwi y el aguacate, cultivos tradicionalmente considerados como ‘exóticos’, pero que, por su ubicación geográfica y climática, responden a nuevas demandas y oportunidades de mercado. Actualmente son cultivos consolidados, con un volumen de producción reseñable, pero también emergentes, por todo el potencial que encierran y su creciente demanda, especialmente en Europa. Por otro lado, redescubrimos a dos viejos conocidos, el almendro y el pistacho, que han pasado de ser marginales a experimentar un gran despegue. Y finalizamos con el tradicional olivar, nuestro cultivo por excelencia, muy implantado, con una demanda estable.

En este sentido, España está de enhorabuena, situándose como la principal proveedora europea de estos cultivos estratégicos. No obstante, en un contexto dominado por la alta competencia de precios del mercado, resulta clave sacar el máximo rendimiento de estos cultivos. Por ello, es crucial contar con un plan de fertilización equilibrado, con gran protagonismo del potasio, que se adapte a sus necesidades de nutrientes y de agua en cada momento del ciclo. También es fundamental ayudar al frutal a enfrentarse a situaciones de estrés, mediante un plan de bioestimulación adecuado que contemple el sistema suelo-planta-agua.

AGUACATE

El aguacate tiene mucha demanda en Europa, sobre todo en ecológico. No en vano, el Viejo Continente sigue siendo el segundo mayor importador de esta fruta en 2021, solo detrás de Estados Unidos. Una coyuntura que favorece a nuestro país, ya que España es el segundo productor del llamado ‘oro verde’ de la Unión Europea, solo por detrás de Portugal.

En 2021 España produjo 116.769 toneladas de aguacate, la mayoría Hass. La superficie de cultivo alcanzó 18.061 hectáreas, el 97% concentrada en Andalucía, concretamente en Málaga, que acoge nada más y nada menos que 15.543 hectáreas. Le siguen, aunque con una superficie inferior a las 3.000 has, Canarias y Valencia, que disponen de ese clima cálido y con alta humedad que requiere el aguacate.

 

KIWI

El consumo de kiwi también está creciendo a pasos agigantados. España es una de las grandes amantes de esta fruta, si tenemos en cuenta que consume 140.000 toneladas anuales. Con una producción total de 28.654 toneladas en 2021, seguimos dependiendo de las  importaciones para cubrir la demanda nacional. Galicia y Asturias son las reinas de este cultivo, seguidas de Navarra y País Vasco. Recientemente, se ha extendido a Valencia, Andalucía, Canarias o Cataluña, sumando un total de 1.639 hectáreas cultivadas.

En cuanto a la variedad, el kiwi verde sigue liderando los cultivos de esta fruta en España, representando el 75% de la superficie total. Por su parte, el amarillo y rojo, que copan más del 20% de la producción, van concitando cada vez más interés.

Todos ellos requieren un clima templado con una temperatura media anual en torno a los 15ºC, además de una humedad ambiental y una pluviometría elevada. Por eso, España es un lugar idóneo para este tipo de cultivo. Además, el Kiwi tiene otra ventaja: es capaz de soportar temperaturas de -10 grados durante el invierno.

ALMENDRO

El almendro, antaño considerado un cultivo marginal, está hoy día en pleno apogeo. En los últimos años, su superficie de cultivo ha aumentado considerablemente, por múltiples razones: porque se han instaurado

modalidades en intensivo y super intensivo, porque la mejora genética ha permitido crear nuevas variedades de floración tardía, capaces de sortear las heladas, y porque se ha incrementado la demanda, especialmente en Estados Unidos. Y es que California, la principal zona productora a nivel mundial, no es capaz de abastecer el 100% de la demanda de su propio mercado. Si a estos factores les añadimos la implantación del riego y de la mecanización, estaríamos ante un cambio significativo del almendro en nuestro país.

España produjo 371.460 toneladas en 2021, que no fueron suficientes para cubrir la demanda nacional. Ese mismo año, se registraron un total de 744.466 has de almendro;  612.227 de secano y 132.239 de regadío, implantadas en casi todo el territorio nacional, sobre todo en Andalucía, Castilla La Mancha, la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia. La ventaja de este cultivo, típicamente mediterráneo, es su capacidad para soportar elevadas temperaturas durante el verano e intensos fríos invernales. Eso sí, si queremos productividad, debemos tener claro que el futuro está en el regadío.

 

PISTACHO

La superficie del pistacho también se ha incrementado en los últimos 10 años, arrojando una gran rentabilidad. Los productores españoles se han visto beneficiados por los problemas logísticos de EEUU e Irán, principales productores mundiales, y por la reducción de la cosecha tanto en Turquía como en Irán. Si bien es cierto que este cultivo registra menos producción y demanda que el almendro, con un total de 16.525 toneladas producidas en 2021, también lo es que necesita importar para cubrir la demanda existente, lo cual abre posibilidades para vender a las grandes comercializadoras de frutos secos.

Por otro lado, este cultivo es todavía más rústico que el almendro, siendo capaz de soportar temperaturas más extremas, e incluso de salvar el hielo y la falta de agua. Por eso, Castilla La Mancha se convierte en su refugio perfecto, con 46.275 hectáreas en 2021, de las 61.231 registradas en España.

 

OLIVAR

España, respaldada por una cultura milenaria de cultivo del aceite de oliva, es la principal productora del llamado ‘oro amarillo’, concentrado sobre todo en tierras andaluzas. En 2021, produjo 8.261.231 toneladas, el 91% para almazara, una coyuntura que suma muchos puntos en favor de este cultivo. Si bien la pasada cosecha de olivar no fue la esperada debido a la falta de lluvias, la rentabilidad se ha mantenido e incluso duplicado, al dispararse el precio del aceite ante la misma demanda. Por otro lado, al tratarse de un cultivo vecero, se prevé que este sea un buen año, en un contexto además en que empieza a popularizarse el cultivo en super-intensivo, una modalidad que a muchos les permite una mayor productividad.

En cuanto a su proyección, poco a poco se va introduciendo el aceite en Europa y Estados Unidos.

 

En definitiva, nuestro país está preparado para aprovechar todas las oportunidades que ofrecen todos estos cultivos en auge y reforzar su posición como gran proveedora europea. Para ello, es imprescindible apostar por una fertilización innovadora y sostenible, que garantice una producción abundante y de calidad, y permita dar respuesta a una demanda exigente y en aumento.